LEGALIZAR LA CHULETA COMO MEDIDA DEMOCRÁTICA

La Universidad de Sevilla, regulará el uso de la chuleta y permitirá a los alumnos cogidos in fraganti terminar el examen sin ser suspendidos de inmediato. La decisión la tomará una Comisión de Docencia formada por igual número de alumnos y profesores que decidirán sobre esta falta.

En esta sociedad del todo vale, del consumo rápido y de la devaluación del esfuerzo, esta noticia ni extraña ni provoca rechazo social por permitir que la trampa se convierta en cómplice de la flojera del estudiante. Todos los que hemos estudiado hemos hecho chuletas (sálvese el que pueda) que no eran más que una ayuda que a modo de capotazo te sacaban de pequeños apuros con una pregunta atascada. Pero había una ley no escrita, basada en la autoridad del profesor en el aula, que esta norma ha dilapidado: "Si te coge el profesor con una chuleta no apruebas ni en septiembre", se decía. LLevar chuleta ha dejado de tener emoción ya que ni te expulsan del examen ni te suspenden. Eso ya se decidirá.

Por supuesto, el Consejo de  Alumnos de la Universidad de Sevilla (CADUS) y los alumnos mediocres aplauden efusivamente esta decisión, porque esta “medida evita los suspensos arbitrarios” y lo “mejor” es que “democratiza el proceso por el cual un alumno es sancionado o amonestado". Una democracia mal entendida puede llevar a un gobierno a premiar a la mediocridad frente a la excelencia, teniendo como consecuencia las carencias que sufre la educación pública desde la primaria hasta la licenciatura.

Entre todos, la universidad se ha convertido en una fábrica de Licenciados en serie para engrosar las listas del INEM o ser mileuristas.

Por cierto, ¡Cuídese el docente de no ser sancionado por acusar al pobre estudiante cuyo único delito que estaba cometiendo era hacer trampas!